Por Bruno Rivas
La elección de Barack Obama como presidente de EE.UU. sigue siendo materia de debate. El profesor de filosofía de la Universidad Loyola de Chicago David B. Ingram ha seguido la campaña del nuevo mandatario y es uno de los convencidos de que su elección ha sido la adecuada por su inclinación en favor de los valores morales. El Comercio aprovechó su visita a nuestro país, impulsada por la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.
Esta semana "The Washington Post" señaló que una de las primeras acciones del presidente electo Barack Obama es el cierre de la cuestionada prisión de Guantánamo...
Me parece una decisión totalmente adecuada, ya que Guantánamo es un motivo de vergüenza nacional.
Se dice que es un retorno al respeto a los derechos humanos perdido durante la administración Bush...
Esta decisión será recibida por el resto del mundo de manera positiva y permitirá que mejoren las relaciones entre Estados Unidos y la comunidad internacional. Es muy importante porque se va a revalorar el papel de la ONU y Washington reasumirá el papel de propulsor de los derechos humanos.
Se dejará entonces el unilate-ralismo propugnado por la actual administración para aplicar el multilateralismo...
Definitivamente. Obama está mucho más en favor de la diplomacia y quiere mantener conversaciones con líderes de países considerados enemigos, como el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, o el de Venezuela, Hugo Chávez, para resolver los problemas.
Usted ha realizado estudios sobre la moral y la ética, y Obama ha tocado bastante estos valores en sus discursos políticos. ¿Cómo relaciona el presidente electo su discurso con estos importantes temas?
El valor más importante que tiene que tocar la nueva administración es el respeto a los demás países y a la dignidad del individuo, y se debe tener una preocupación especial por los más débiles, como son los pobres o los enfermos.
¿Ve esas preocupaciones en el plan de gobierno de Obama?
Sí, Obama ha mostrado preocupación por estos temas durante la campaña. El problema es que en estos momentos el presidente electo enfrenta retos y desafíos que son enormes, como la crisis financiera y las guerras en Afganistán e Iraq. Por ejemplo, habrá temas urgentes, como el cambio climático, que van a quedar en segundo plano debido a los retos que se enfrentan ahora.
Usted es profesor en Chicago, la ciudad en donde el presidente electo empezó sus trabajos sociales y que lo llevó al Senado estadounidense. ¿Cómo se siente un joven negro de Chicago al ver a Barack Obama como presidente de su país? ¿De qué manera crecen sus expectativas?
Es increíble. Hace unos días pude escuchar un programa en la radio en la que hubo declaraciones, dichas por jóvenes negros, que realmente me emocionaron. Estos jóvenes por primera vez sienten que son importantes y creen que pueden alcanzar sus sueños.
Estos jóvenes se sintieron identificados con Obama...
Hay que ver que estos jóvenes tienen en su mayoría una educación progresista, antirracista y pluricultural, lo que los ha vuelto tolerantes y ha despertado en ellos preocupaciones como el medio ambiente. Todos esos valores han coincidido con los de Obama y justifican que se identifiquen con él. Asimismo, el presidente electo supo valerse de herramientas que despiertan el interés de los jóvenes, como Internet. Esta estrategia ha abierto una nueva senda en la política de Estados Unidos y de todo el mundo.
El presidente electo ha despertado bastantes expectativas en el resto del mundo. ¿Está a la altura de semejante escenario?
Creo que sí, Obama es una persona capaz de resolver algunos de los problemas que afrontará o, en todo caso, de mitigarlos. También tiene un grupo de asesores muy capaces y que ya han tenido experiencia durante la administración de Bill Clinton. Me parece que nunca ha habido un presidente con las características de Obama en la historia de Estados Unidos.
El Comercio 15 de noviembre del 2008
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