sábado, 29 de noviembre de 2008

Racista ¿yo?


Racismo: entre el prejuicio, el anacronismo y la suceptibilidad

Por Fernando González-Olaechea

¿Es racista que ayer fueran las elecciones en EE.UU. y que el gran asombro sea porque Barack Obama era el favorito? ¿Nos asombra que sea favorito y negro? ¿Haber escrito negro es racista? Es la conversación no solo en el gigante del norte, sino también en el Perú, en Lima, en las sobremesas y las conversaciones de pasillo. ¿Que los medios de comunicación levanten la nota porque se trataría del "primer presidente negro" tiene tufillo racista necesariamente?


En el Barómetro de octubre 2008 de la Universidad de Lima, entre los distintos temas que se tratan, está el de los problemas del peruano. En esa pregunta resalta que en el grupo de entre 18 y 27 años, el 5,8% considera que el racismo es el peor defecto que tenemos, cifra mayor en comparación con los grupos comprendidos entre 28 y 70 años. O sea, hay un mayor porcentaje de jóvenes que ven el racismo como el peor problema que tenemos.

Al responder si los peruanos son racistas o no, los cuatro grupos de edad coinciden en que sí. Sin embargo, cuando se le pregunta al entrevistado si es racista la respuesta negativa va entre el 86,2% y el 89,9%. ¿Cómo entender esto?

Una forma puede ser que los jóvenes identificamos el racismo como el peor defecto porque somos conscientes de ello. En tanto, los demás grupos no le dan tanta importancia. Se puede intuir que puesto que casi todos coinciden en que vivimos en un país racista, pero a la vez no se consideran racistas, se trata de la culpa del otro. Algo así como "sí, es un problema, pero ¿yo, racista? Ni hablar".

Para la antropóloga y comunicadora Liuba Kogan, la lectura debe hacerse tomando dos plataformas: la de pensamiento y la de acción.

Kogan comenta que debe hacerse en primer lugar una diferencia entre lo que es estereotipo y lo que es propiamente la discriminación. Para ella, en la medida en que la acción no se concrete no será racismo. Entonces lo será una vez que lo exterioricemos, que actuemos de manera racista.

Esta separación entre lo que se piensa y lo que se hace tiene que ver con la idea de lo "políticamente correcto" en palabras de Kogan. Además, para la antropóloga, el motivo por el que se dan cifras elevadas que indican que sí somos racistas y otras que indican que los encuestados no se consideran racistas es porque existe un conocimiento sobre la existencia de ese pensamiento prejuicioso, ese estereotipo, mas no es que se vean involucrados --como discriminador o discriminado-- necesariamente.

El silencio de los inocentes

La última publicación sobre discriminación de la Defensoría del Pueblo señala que entre enero del 2006 y mayo del 2007, de 67 casos de presunta discriminación, solo siete son por racismo.

Según Julio Mancilla, comisionado de la Adjuntía de Derechos Humanos de la Defensoría del Pueblo, se trata de un número reducido no porque no exista racismo, sino porque mucha gente no lo denuncia.

"Muchas personas no suelen denunciar por vergüenza, desconfianza en las autoridades o porque creen que no van a conseguir nada haciéndolo. Hay estudios que señalan que la discriminación racial sucede con más frecuencia que otras", afirma Mancilla.

Asimismo, adelantó que la defensoría estaría preparando otro documento al respecto, con información actualizada, que espera esté listo a fin de año.

En un país tan variado como el nuestro, donde el que no tiene de inga tiene de mandinga, también existe la separación o calificación racial que escapa a la discriminación. En otras palabras, apelativos como 'cholo', 'negro', 'zambo', 'gringo', 'chino' no son necesariamente despectivos en la medida en que son usados como términos cariñosos sin tono peyorativo. Muy distinto al uso de dichos apelativos en otras circunstancias, digamos, más hostiles, donde esos calificativos serán, quizá, el complemento del insulto más usado. (El lector podría ilustrarse al respecto si se para en un cruce complicado en hora punta y presta atención a lo que se gritan mutuamente muchos choferes).

Finalmente, el color de la piel no tendría por qué ser el punto de referencia. Niche ya decía: "Hay Mosquera blanco, hay Mosquera negro, por el hecho de que le haya caído más leche al café, ya no son Mosquera". No pues, así no vale.

El Comercio 5 de noviembre del 2008

Fuente:

http://blogs.elcomercio.com.pe/sic/2008/11/racista-yo.html#more

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