sábado, 29 de noviembre de 2008

Nacidos para producir


Nuestra generación está obligada a no perder el tiempo

Por Alberto Pacheco

Sales del colegio a los 16 y tienes que entrar a una universidad, al instituto o empezar alguna 'pre' para "no perder tiempo". Y, claro, la idea es terminar a los 21 años o, máximo, a los 23. Si a los 30 no has conseguido empleo estable o un buen sueldo, no la hiciste. Hemos internalizado la lógica del negocio. Jugando un poco con la palabra, podríamos hablar del neg-ocio: la negación del ocio.

Es característica en las sociedades de hoy que sus mecanismos de control sean cada vez más --aparentemente-- democráticos. Que su control no se dé a partir de instituciones que disciplinen, sino en la vida misma. En otras palabras, la mejor forma de estar controlados es asumir este control como parte de uno. Antes nos decían que teníamos que hacer las cosas; hoy no, hoy tenemos internalizada la idea del consumo.

Como bien afirma el catedrático Jaime Bailón, los mecanismos de control no son una invención de la sociedad contemporánea. "En un inicio la modernidad creó instituciones (fábricas, sistema escolar, familia) que se encargaban de construir la subjetividad de la gente. Hoy el control y la producción se tornan parte de la formación de la gente. Este viraje responde a la revolución tecnológica, la transformación del panorama económico mundial y las nuevas lógicas de las comunicaciones".

La tentación del éxito

Pero bueno, ¿control para qué? Pues para que el sistema siga produciendo y en orden. Por ejemplo, varias municipalidades ponen cámaras por doquier (nos vigilan) y nosotros estamos convencidos de que es para nuestro bien. Lo mismo pasa con la producción: tenemos bien metida esa lógica.

Quizás algunos de tus profesores o tus padres se tomaron un año (o más) para pensar bien las cosas antes de entrar a la universidad, o consiguieron un puesto importante cuando tenían más de 30 años en la empresa donde hicieron una línea de carrera por más de dos décadas.

La tentación del éxito

Pero bueno, ¿control para qué? Pues para que el sistema siga produciendo y en orden. Por ejemplo, varias municipalidades ponen cámaras por doquier (nos vigilan) y nosotros estamos convencidos de que es para nuestro bien. Lo mismo pasa con la producción: tenemos bien metida esa lógica.

Quizás algunos de tus profesores o tus padres se tomaron un año (o más) para pensar bien las cosas antes de entrar a la universidad, o consiguieron un puesto importante cuando tenían más de 30 años en la empresa donde hicieron una línea de carrera por más de dos décadas.

Bueno, nuestros días ya no son así. Ahora resulta que, para conseguir prácticas con 20 años ya debes tener un prontuario lleno de experiencia profesional y en más de un sitio. Todo en pos de que a los 30 ya tengas buen empleo, auto y casa propia. Si no, habría que pensar cuántas veces tu madre o tu padre te lo recalcan. Fue en tal sentido que hicimos un foro en nuestra web, en el que casi 40 jóvenes (entre 20 y 25 años) dieron su impresión de cómo se verían en 10 años. El resultado confirmó la situación.

La gran mayoría desea --en ese lapso-- un trabajo estable, vivir en un país con una mejor economía y haber terminado e implementado sus estudios. Así, uno de los participantes, identificado como Pedro, afirma que espera abrir su propio negocio. "Pero lo malo es que trabajaré más de lo que trabajo ahora, y no podré gozar de lo que gane. Nada es perfecto, no?". Algo similar a lo que afirmó Katia Kueto, quien se ve "con un gran negocio, en mi ciudad, y como relacionista pública. Tal vez me case".

Por su parte, Carito señala: "Me gustaría juntar un capital y hacer un negocio y dar trabajo a otras personas que no tuvieron la suerte de estudiar como yo", concordando con Erick Marín Fernández, quien afirma: "Me veo con mi empresa ya establecida y con una muy buena rentabilidad, casado y con mi primer hijo por venir. Claro, luego de haber disfrutado un par de años de matrimonio veraneando por el Caribe".

Sacrificios y movimiento

"Si ahora no tengo tiempo para divertirme, en 10 años será mucho peor", señala Teresa dentro de su comentario en el foro. Su respuesta da pistas de otro aspecto de esta situación. Con unos trabajos cada vez menos duraderos y con la necesidad de aprovechar el tiempo de la juventud, decisiones como la maternidad o el matrimonio suelen quedar suspendidas en los proyectos de muchos, hasta haber logrado una buena posición económica.

Así, Bailón afirma: "La propia situación económica orienta la transformación y el individuo tiene que desplazarse todo el tiempo".

Tal es nuestro escenario. Formados para producir, habría que evaluar a qué velocidad se mueve el mundo y qué sacrificios nos supone.

El Comercio 12 de noviembre del 2008 - SIC

Fuente:
http://blogs.elcomercio.com.pe/sic/2008/11/nacidos-para-producir.html#more

No hay comentarios: